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17/03/2016Esta semana Microsoft se ha puesto un poco más agresiva para «forzar» a los usuarios de Windows 7 y Windows 8 a migrar al nuevo Windows 10. Lo cierto es que muchos de ellos pueden ver que el sistema se ha actualizado casi de forma involuntaria. Afortunadamente es un inconveniente que tiene fácil remedio.
En primer lugar, ya que nos hemos actualizado quizás lo ideal es comprobar que todo funciona adecuadamente. Aquí es interesante verificar tanto programas como periféricos. También la facilidad para movernos por el nuevo sistema, que tampoco supone un cambio demasiado traumático.
Si vemos que todo funciona correctamente, que el sistema se mueve con fluidez y no tenemos ningún inconveniente, no tenemos por qué tener prisas a la hora de volver atrás. El principal contratiempo lo supone la curva de aprendizaje del nuevo sistema o el menú de acceso a las aplicaciones, pero en la mayoría de las empresas lo que más se utilizan son los accesos directos del escritorio, por lo que continuaremos trabajando igual.
Por otro lado si no estamos conformes o simplemente no es el momento adecuado para cambiar de sistema, basta con pulsar el botón de menú, ir a configuración, elegir la opción de actualización y seguridad y aquí aparecerá la opción de volver a Windows 7, una opción que estará disponible durante un mes después de la actualización, pero que después desaparece.
Importante también comprobar que podemos acceder a la administración electrónica, que nos funcionan los certificados digitales, que podemos enviar y firmar trámites en las páginas de la Agencia Tributaria, Seguridad Social o las notificaciones telemáticas que recibimos. El principal inconveniente en la migración es la confusión entre Microsoft Edge, el nuevo navegador por defecto del sistema e Internet Explorer, que es el que se suele utilizar para el acceso telemático a la administración.
Lo cierto es que para muchas empresas no es el mejor momento para migrar, con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, en un país como el nuestro donde el turismo es el motor de muchos negocios. Además también entra en juego el tema fiscal, con un segundo trimestre con mucho trabajo para la mayoría de las empresas.
Vía Pymes y Autónomos | Pymes y Autónomos