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29/02/2016¿Quién se acuerda de los derechos de los consumidores o de la protección de datos cuando se inicia una tienda online? En el mejor de los casos se hace un cortar y pegar de una tienda más o menos parecida a la nuestra y se personaliza, pero muchas veces ni siquiera se han parado a leer o mucho menos comprender lo que significa. De esta manera los aspectos legales de la venta online se convierten en los grandes olvidados en la pyme.
Está claro que el primer paso es conseguir los clientes, con un buen diseño, unas fotos bonitas, una buena campaña de anuncios en Adwords o logrando la mayor difusión posible en las redes sociales. Sin embargo, los cimientos sobre los que se levanta un negocio deben ser sólidos, a menos que queramos que una vez que hemos conseguido lo más difícil, una base de clientes estable, todo empiece a venirse abajo por una denuncia de alguien que considera que no se han respetado sus derechos.
Y esto sirve para todo. No podemos coger cualquier foto que encontremos en las búsquedas de Google para colocar en nuestra web. Tienen es que estar libres de derechos o tener licencia para su uso comercial y/o con reutilización, ya que pocas veces acabamos usando la foto original sin ningún retoque o adaptación.
Otras cuestiones tienen que ver con la recogida de datos al darse de alta en nuestra página, el uso que se hace de dichos datos o la posibilidad de ejercer los derechos ARCO del cliente. También con el uso de cookies cuando se accede a la página. Con respecto a esta cuestión tenemos que tener claro dónde se aloja nuestra página web, servidores que se encuentren en la UE y respeten la legislación de protección de datos. A veces las mejores ofertas suponen que el servidor se aloja en un país con legislaciones que no protegen adecuadamente dichos datos.
Luego a la hora de vender hay que respetar los plazos de venta y devolución de los clientes, remitirle los documentos de factura en papel salvo que haya expresado su deseo de tener la factura en formato electrónico. En definitiva, hay cuestiones que se pueden solventar con un cambio de texto, con una pequeña mejora en el diseño y otras suponen migrar todo nuestro e-commerce a otros servidores y otra plataforma.
La cuestión es que muchas veces la multa que tenemos que asumir supone de hecho el cierre de nuestra tienda online y nuestra empresa. Aquí no basta como defensa el desconocimiento de la ley o la buena fé o incluso rectificar. La sanción tendremos que asumirla.
Vía Pymes y Autónomos | Pymes y Autonomos